Glorieta de Colón
Algunos dirán que el Congreso de la Ciudad de México tiene hasta el 11 de marzo para debatir ampliamente de cara a la sociedad y que en el Parlamento Abierto se defina el futuro de las corridas de toros en la Ciudad de México. La realidad es que los diputados, principalmente de Morena, tienen hasta el 11 de marzo para buscar la manera más creativa, más ingeniosa, más creíble de torear la iniciativa contra las corridas de toros capital del país. A la mejor entre sus legisladores gana la postura animalista, pero las presiones empresariales los llevan al terreno de la política real: ni Claudia Sheinbaum como jefa de Gobierno quiso prohibirlas; hoy tampoco Clara Brugada quiere acabar con la fiesta brava, aunque diga lo contrario. El coordinador del PVEM en el Congreso, el diputado Jesús Sesma insiste en su postura de que también en este caso se debe prohibir el maltrato animal, y lanza un llamado a que, de una vez por todas, en el Congreso se vote y haya una definición, pues han pateado el bote durante prácticamente 20 años. Hay quienes hablan de “modernizar” la fiesta brava, pero no queda muy claro si ello significa que ya no le clavarán banderillas al toro y también dejarán de matarlo. Ya veremos cómo termina de torear este tema Morena, porque sin duda no van a aprobar la iniciativa ciudadana, a pesar del costo que tuvieran que asumir en su alianza con el PVEM.
Panistas en la calle
Se ve interesante que los panistas cambiaron la estrategia y salieron a las calles a protestar, a presentar sus exigencias al gobierno de lo que se llama “cuarta transformación”. Estas manifestaciones las ha encabezado su presidenta en la CDMX, Luisa Gutiérrez. Sin embargo, al menos para los temas que tocan al Congreso capitalino, también deberían darles permiso a sus diputados de ser más críticos y ganar los debates, porque el año pasado su jefe nacional, Jorge Romero, les ‘tiró línea’ ‘de no hacer enojar a Clarita, no vaya a ser que se acordara de aquello que llaman “cartel inmobiliario”.
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