Glorieta de Colón
La guerra en Comunicación Social del Gobierno de la Ciudad de México sufrió una escalada este lunes: unos 50 trabajadores del área se manifestaron en el cuarto piso del edificio gemelo al de Palacio del Ayuntamiento, donde se ubica el área. Su molestia no es contra su jefa, la coordinadora general, Ana María Lomelí, sino contra Luz María Avilés (Luzma), la operadora de la jefa de Gobierno, quien sin tener cargo en el área, pero por instrucciones de la propia Clara Brugada ha emprendido una guerra contra Lomelí, enviada desde Palacio Nacional. Personal de base del área se quejó que Luzma –como le llaman– porque “es muy déspota y prepotente con los trabajadores, y se escuda de que es la preferida de Brugada”, a quien le llevó prensa los casi 6 años que fue alcaldesa en Iztapalapa. El problema se hace mayor porque la conducta de Luzma afecta a su jefa, pues la gente que ella metió a laborar tiene instrucciones de boicotear a Lomelí y por eso no hacen su trabajo en tiempo y forma. A tal grado ha llegado la parálisis, que la propia Lomelí ya puso a un equipo externo para que haga fotografía, videos y hasta diseño. ¿Quién ganará la guerra? No sabemos, pero seguro que la gran perdedora es Brugada, si es que ya se dio cuenta. Aún hay más. Seguiremos informando.
De Cuauhtémoc a Diputados
Desde la Alcaldía Cuauhtémoc hay una invasión de ex trabajadores a la Cámara de Diputados. Sí, gran parte de la estructura llamada de “Nómina 8” –muchos suelen ser aviadores– fueron contratados en esa instancia legislativa, por instrucciones del coordinador de Morena, Ricardo Monreal, quien perdió el poder en esa demarcación territorial, aunque tristemente no ha beneficiado a los ciudadanos quienes han visto cómo de la administración de Sandra Cuevas a la de Alessandra Rojo empeoraron las cosas. “Estábamos mejor, cuando estábamos peor”, dicen. Hasta la concesión del Senado se mudó a la Cámara de Diputados. Nada cambia.
FOTO: Especial
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