Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
En cinco meses, la coordinadora de Morena, diputada Xóchitl Bravo ya tomó el control de las áreas clave del Congreso de la Ciudad de México, con lo que consolidó su poder, casi a nivel de lo que antes existía y llamaban Comisión de Gobierno o la Gran Comisión, en los órganos legislativos federales.
Como ninguna otra coordinadora o coordinador del grupo mayoritario desde la Primera Legislatura, Bravo controla tres unidades administrativas, y tiene personas de su grupo político como segundos de abordo en todas las demás áreas.
De entrada, Xóchitl Bravo domina la Unidad Administrativa más importante del Congreso: la Oficialía Mayor, en donde colocó al frente a Liber Iván León Ortega. Puede decirse que esta posición es desde donde se opera la gobernanza del Congreso. Es algo así como la Secretaría General en las Cámaras federales, porque sus atribuciones son de coordinación y supervisión de las demás unidades administrativas.
Pero más: le tocan los temas jurídicos como apoderado legal para todo trámite, entre los que destacan los contratos de adquisiciones con proveedores, licitaciones. También coordina servicios administrativos del pleno, asistencia médica.
Xóchitl Bravo controla otras dos áreas clave del Congreso, una de ellas la Contraloría interna, que encabeza Sandra Araceli Vivanco Morales. Desde ahí, puede vigilar hasta el último peso que sale de las arcas del Congreso. Pero también cualquier tema administrativo del personal.
En manos de una gente cercana a Xóchitl está la Unidad de Transparencia, que dirige Ana Cony Martínez López. Desde esa área pueden hacerse le la información pública de cualquier área del Congreso y decidir hacerla pública o no, con ciertos fundamentos legales.
Sin embargo, Xóchitl Bravo ha tenido que ceder también en algunas posiciones, aunque de cualquier manera todas pasan por el control de la Oficialía Mayor. Por ejemplo, la Tesorería que encabeza Marisela Martínez Miranda, cercana a Valentina Batres, finalmente aliada de Xóchitl Bravo, porque forman parte del mismo grupo de Martí Batres.
Alfonso Vega González es el coordinador de Servicios Parlamentarios, posición que de manera invariable tiene que ser para alguien de toda la confianza de quien preside el Congreso, la diputada también de Morena, Martha Ávila.
Como parte de las prácticas parlamentarias la Coordinación de Comunicación Social le toca a quien preside el Congreso. Este viernes es el último día de Susana Coeto, quien durante más de cuatro años hizo un trabajo muy profesional, en el que trascendió dos legislaturas. Su relevo será Donají Olivera Reyes, quien actualmente es la directora general de Derechos Indígenas de la Secretaría de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes de la Ciudad de México. Fue diputada por Xochimilco entre 2018 y 2021.
De las Unidades Administrativas, la oposición, vía el PAN, sólo encabeza el Instituto de Investigaciones Legislativas, con José Marín Saldívar, a quien por cierto quiere relevar el coordinador panista, Andrés Atayde. Sin embargo, su propuesta puede sacar chispas en Morena, porque pretende colocar al ex secretario general del PAN CDMX, Pedro Diaz, quien de alguna manera es de los fundadores de lo que se ha llamado cártel inmobiliario, pues fue el encargado de la ventanilla única –donde se registraban por supuesto todas las construcciones– de la Delegación Benito Juárez entre 2012 y 2015, la administración de Jorge Romero, a quien la presidenta Claudia Sheinbaum identifica como “el jefe del cártel inmobiliario”.
Así es como Xóchitl Bravo ya consolidó el pleno control del Congreso de la CDMX. Su buena relación con la oposición la va a hacer más fuerte. Lo veremos.
FOTO: Especial