Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Un mensajito de la presidenta Claudia Sheinbaum al Partido Verde bastó para que todos en ese “negocio” le bajaran tres rayas a su volumen, incluido por supuesto el coordinador fáctico en el Congreso de la Ciudad de México, Jesús Sesma, quien cesó sus chantajes a Morena. Se dobló solito.
“Lo importante es cómo votan en el Congreso”, respondió la presidenta a pregunta expresa sobre las declaraciones del senador del PVEM, Luis Armando Melgar –cercano al dueño de TV Azteca–, quien dijo que van a analizar si en el 2027 hacen alianza con Morena.
Su argumento lo expuso el legislador el lunes: “Nunca debemos olvidar que ha habido ratas de Morena como Rutilio Escandón, hoy escondido en Miami; Pepe Cruz y el Grupo Tabasco con todos sus secuaces, quienes cínicamente saquearon y violentaron, con total impunidad, la tranquilidad y prosperidad de nuestro pueblo noble”, acusó.
Críticas semejantes y chantajes de que no irán en alianza en 2027 también los ha proliferado el presidente nacional del PVEM, Arturo Escobar, el mismo que como coordinador en la Cámara de Diputados estuvo señalado en el escándalo de corrupción conocido como “los moches”, entre 2012 y 2015, etapa en que era “todopoderoso” don Beltrone, suegro de un senador del mismo partido del cuervo, perdón, del tucán.
Vil chantaje de Melgar y de Escobar, como también lo es de Sesma, pues esa declaración de Sheinbaum de inmediato le quitó la valentía y de cuervo se volvió tucán de nuevo, dócil.
Sesma había empezado a chantajear a Morena desde el 30 de agosto, cuando se aprobó la reforma a la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Ciudad de México: negó los siete votos de su bancada para aprobar la propuesta que le corresponde al legislativo local como integrante del Pleno del Órgano de Administración Judicial.
Morena, por unanimidad, propuso a Sara Alicia Alvarado, cercana a Martha Ávila, pero tuvo que bajar del orden del día ese punto ante la negativa de Sesma, a quien le dejaron en claro que no la iban a modificar, porque no permitirían que el PVEM les impusiera un cambio, pues sentarían un grave precedente.
El pretexto de Sesma era que, según él, la candidata no cubría el perfil. Sin embargo, me confiaron morenistas que en realidad estaba pidiendo posiciones en ese Órgano, porque entre tantas cosas, por ahí trae un asunto que le interesa muchísimo en el Poder Judicial capitalino.
A Sesma no le importó que con su actitud faltara a su palabra. Morena le había cumplido apoyarlo el primer año para hacerlo presidente de la Junta de Coordinación Política y este segundo año presidente de la Mesa Directiva.
El legislador en realidad se da valor porque cree que el PVEM le debe más a Omar García Harfuch –lo apoyaron en la interna–, secretario de Seguridad Federal, que a la propia jefa de Gobierno, Clara Brugada. Y trata de hacerlo evidente. El martes, lo felicitó públicamente por sus “logros” en el combate al huachicol. Además, en la oficina de la Presidencia del Congreso, Sesma tiene un pequeño muñeco de Batman, en una ubicación destacada: arribita de sus fotos personales.
La coordinadora de Morena, Xóchitl Bravo, fraseó el apoyo del PVEM a la designación de Sara Alicia Alvarado: “Es un consenso entre aliados”, dijo.
Con todas sus bravuconerías, el PVEM tiene muy claro que jamás en su historia podría repetir un resultado electoral tan favorable como en el 2024, sin colgarse de Morena. Así que, seguro le van a seguir bajando al volumen. Lo veremos.

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