Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
El 21 de octubre se venció el plazo establecido en la reforma a la tauromaquia para que el Gobierno de la Ciudad de México expidiera las modificaciones a los reglamentos, el Taurino y el de Espectáculos Públicos, para dar paso a las “corridas de toros sin sangre”. No ha publicado nada, lo que de facto es la estocada final a la fiesta brava en la capital del país.
Sin ese marco jurídico, de facto son imposibles las corridas de toros en la CDMX, donde su principal escenario era la monumental Plaza de Toros México, cuya temporada habitual debería empezar en este mes. Nada habrá, no está contemplado. Para las próximas semanas, sólo están programados conciertos, un rodeo, motocross extremo.
Tampoco otros escenarios, como la Plaza El Arroyo, en Tlalpan –de menor tamaño, utilizado tradicionalmente más para novilladas– pueden realizar corridas, ni sin sangre, a falta de reglamentación.
El pasado 26 de marzo entraron en vigor las modificaciones que hizo el Congreso de la Ciudad de México a la Ley de Protección y Bienestar Animal de la CDMX y la Ley para la Celebración de Espectáculos Públicos de la CDMX.
Al iniciar la vigencia de esas reformas, el Gobierno de la CDMX disponía de 210 días naturales para expedir los cambios relativos a los Reglamentos, plazo que se venció el 21 de octubre. Sólo dicen que “pronto” van a expedir esa normatividad.
La falta de reglamentación de facto ha matado a las corridas de toros en la CDMX y difícilmente resucitarán, porque la Plaza México anunció desde junio que las suspendió, debido a que las considera “técnica y jurídicamente son inviables”.
El fin de la fiesta brava en la Plaza México ha abierto una crisis de más de 30 mil empleos que se generaban cada año, pues había unas 40 corridas, la mayoría entre noviembre y marzo, la famosa temporada grande.
Están afectados matadores, picadores, mozos de espada, banderilleros, veterinarios, vendedores, músicos, acomodadores, transportistas, personal de seguridad, de limpieza. Si bien se recuperan algunos empleos por los espectáculos que se hacen actualmente, son menos y ocasionales. Sin reglamento, sin corridas, pocos empleos se preservarán. Por eso me dicen que pronto empezarán a verse movilizaciones de trabajadores, en busca de recuperar sus fuentes de empleo o conseguir algún otro. Atender esta problemática era otro compromiso asumido por el Gobierno de la Ciudad de México y no lo ha cumplido.
Y viene peor. Históricamente la CDMX es pionera en muchas reformas que luego repercuten en todo el país. La prohibición de corridas de toros seguramente no va a ser la excepción. Ya vienen cambios en otras entidades. La siguiente es el Estado de México, donde en este mes esperan la presentación de una reforma básicamente igual que en la CDMX, con el plan de aprobarla antes que acaben periodo ordinario el 15 de diciembre. La primera afectación se verá en la Feria del Caballo 2026, en marzo-abril próximos, directamente en la Plaza de Toros de Texcoco.
A los empresarios, se nota, no les ha interesado gran cosa, porque no hablan del incumplimiento de la Consejería Jurídica de la Ciudad de México en la expedición de este Reglamento, a pesar de que ello dio la estocada final a la fiesta brava en la capital. El viernes, en su comparecencia ante legisladores, la consejera jurídica Eréndira Cruzvillegas nada dijo al respecto. ¿Será que a los trabajadores que perdieron su empleo se manifiesten pronto, como dicen? Lo veremos.
FOTO: Cuartoscuro







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