Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
No sólo la inconformidad orgánica ciudadana y la incapacidad de los funcionarios de la Secretaría de Obras de Raúl Basulto han sido un obstáculo para el proyecto de construcción de 100 Utopías de la jefa de Gobierno, Clara Brugada.
Ahora también enfrenta fuego amigo y, como gran ironía, se trata de un subordinado suyo en el Gobierno de la Ciudad de México: José Carlos Acosta, director de Capital Humano, ex alcalde de Xochimilco, donde una concejal ligada a él, Paola Gutiérrez Delgado (Morena), encabeza la oposición para edificar una Utopía en el Deportivo Xochimilco.
En esas acciones que afectan a Brugada, Gutiérrez Delgado se ha aliado con concejalas del PAN: Norma Araceli Figueroa Galindo y Ana Lilia Ramírez Ramírez, para organizar protestas, plantones, alborotar a la gente y hacer creer que son auténticas las movilizaciones contra las Utopías.
Acosta prácticamente se desquició cuando el año pasado Morena decidió que la candidatura a la Alcaldía Xochimilco sería para uno de los partidos aliados, el PT, que postuló a la hoy alcaldesa Circe Camacho, quien ya había sido diputada representando a esa demarcación en dos ocasiones. Ello ha provocado una obsesión del ex edil por dañar el gobierno de la petista. Ha llegado a tal extremo en su afán de afectarla, que terminó perjudicado a su jefa Brugada en el plan insignia de su gobierno, las Utopías.
Las denuncias del fuego amigo de Acosta contra Brugada las hizo la alcaldesa Circe Camacho el viernes, durante su comparecencia en el Congreso de la Ciudad de México. Ahí aseguró que hay concejales que están moviendo agrupaciones para bloquear la Utopía en el Deportivo Xochimilco.
Aunque no dio nombre, se sabe que la concejala a la que se refiere Circe es Paola Gutiérrez Delgado, de quien asevera: “Se coordina con el director de capital humano (Acosta)”. Por cierto, es hija de Juana Onésima Chávez Delgado, quien fue la alcaldesa sustituta, la que cerró el periodo de Acosta cuando el año pasado se fue como candidato a diputado federal, para garantizarse tener fuero, pues seguramente él sabe bien lo que hizo y deshizo en la demarcación, que dejó como la peor en percepción de inseguridad: el 72.6% de la gente se siente en esa condición.
Las consultas han sido un método para que pueblos y barrios de Xochimilco vayan aceptando la edificación de las utopías. Sin embargo, falta seriedad, según Circe, porque hasta hoy han sido cinco personas que toman decisiones por todo un pueblo o un barrio.
En el Deportivo Xochimilco ocurre lo que en general en todos los que hay en la capital del país, y que hace unas semanas denunció la diputada Martha Ávila en el pleno del Congreso capitalino: hay mafias de ligas de futbol y beisbol, principalmente, pero también de otras actividades, que se han apoderado de los deportivos públicos desde hace décadas.
Eso mismo ocurría en Iztapalapa, donde al construir las Utopías dejaron de ser deportivos y cambiaron el nombre y la figura jurídica, lo que extinguió los permisos a las ligas y hubo nueva baraja. Ahora se pretende lo mismo en los deportivos de toda la CDMX.
En ocho meses de su gobierno, Brugada sólo ha colocado la primera piedra de la construcción de una Utopía en Tlalpan. Tanto se le ha complicado conseguir espacios para edificarlas, que la semana pasada el Congreso capitalino aprobó un punto de acuerdo para instar a los 16 alcaldes a que le ayuden. Pero antes, debería sacar al enemigo de casa. Lo veremos.
FOTO: Especial
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