Para Contar
Arturo Zárate Vite
De todo lo que se ha dicho de “La Barredora” tabasqueña y sus presuntos involucrados hay un punto que marca diferencia con los demás grupos criminales en el país.
A diferencia de la delincuencia organizada y los distintos cárteles del narcotráfico, “La Barredora” no anidó en el hogar o seno de los malandros, dio a luz en el cuerpo de la autoridad.
Lo común es que los delincuentes integren sus grupos y luego organizados empiecen a enganchar a servidores públicos que les puedan ser útiles para cubrir o solapar ilícitos.
En el caso de “La Barredora” empezó a crecer y extenderse oxigenada desde la misma instancia que tenía que combatir a los delincuentes. Según versiones de autoridades judiciales, Hernán Bermúdez Requena era la cabeza del pulpo maligno tabasqueño.
Se venía desempeñando como secretario de seguridad y protección ciudadana y a la vez operaba como cerebro de “La Barredora”. Su detención y encarcelamiento significó el descabezamiento de esta pandilla con características locales e influencia del Cártel Jalisco.
Hasta ahora se desconocen las declaraciones de Hernán Bermúdez quien se encuentra recluido en el penal de máxima seguridad de El Altiplano, en el estado de México.
Por la posición que tenía en el gobierno e identificado como jefe de la delincuencia, por supuesto que debe saber nombres y apellidos de quienes estarían involucrados, los principales cómplices.
¿Cantará o lo harán cantar?
En lo que va del año México ha entregado a los Estados Unidos más de 50 criminales y todos de alta peligrosidad, ligados al tráfico de drogas, gente como Rafael Caro Quintero, ex líderes de los Zeta y operadores de “Los Chapitos”. También están allá los famosos Joaquín Guzmán Loera “El Chapo” e Ismael Zambada García “El Mayo Zambada”.
Cuando se llevaron a “El Chapo” más de un analista policiaco y voceros de la oposición escribían y hablaban de que se iban a poner a temblar gente vinculada a partidos políticos, a gobiernos del pasado y del presente. Anticipaban la caída de prominentes personajes, de diferentes niveles.
Se daba por hecho que cantaría Joaquín Guzmán con tal de que la justicia norteamericana fuera benévola con su confinamiento. Y que a partir de sus declaraciones el gobierno vecino haría tiros de precisión para atrapar a jefes y cómplices. Golpe demoledor para quienes se dedican al narcotráfico. Hasta la fecha no se ha visto rodar la cabeza de ningún empleado de gobierno; lo que se refleja en medios solo son señalamientos, sin pruebas.
¿Entonces no cantó El Chapo?
Al menos en los hechos no se ha visto alguna acción que haga suponer que echó de cabeza a quienes lo habrían ayudado o solapado.
Lo mismo se puede decir de otros capos que están ahora en prisiones de los Estados Unidos.
Ningún pronóstico fatalista contra el oficialismo se ha cumplido, por lo que podría deducirse que los capos no han soltado nombres ni van a soltar nombres de personajes prominentes que nunca han visto. Tendrían que probar sus dichos y seguramente no tienen pruebas.
Por lo tanto, Hernán Bermúdez Requena solo dirá lo que pueda probar.









Discussion about this post