Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
De qué tamaño debe ser la falta de respeto hacia un movimiento ciudadano real, que la diputada federal del partido político Movimiento Ciudadano (MC), Laura Ballesteros no ha tenido el menor empacho en treparse a una causa vecinal espontánea, legítima y luego apropiársela de manera gandalla, hasta hacer creer que ella es la salvadora del “Árbol Laureano” y de la ecología de la CDMX.
En realidad, Ballesteros anda en campaña muy anticipada. Ambiciona ser candidata a la Alcaldía Benito Juárez, con la ilusión de ganarle a su ex partido, el PAN, en su gran bastión, en 2027. Esa es la verdadera razón por la que se fue a montar en las protestas sociales en la colonia Del Valle Tlacoquemécatl. Una burda estrategia para el lucro político con una noble causa.
Y va por más, montada en otras causas ciudadanas. Este jueves anunció que defenderá más árboles en la misma demarcación territorial que ambiciona gobernar. En este plan, está arrastrando al desgaste político al diputado local también de MC, Royfid Torres, quien tiene una buena imagen con destacada labor legislativa desde la legislatura anterior. Les va a generar más negativos que positivos.
La gente lo que menos quiere es que los políticos se metan en sus causas, porque las contaminan, como en este caso de #SalvemosALaureano. La mayor parte de la gente que participó en las protestas se zafó cuando aparecieron los de MC. Se quedó un puñado de vecinos, quienes terminaron apestados entre la mayoría.
La historia del #SalvemosALaureano inició hacia finales de mayo, cuando vecinos comenzaron a denunciar que la desarrolladora Núcleo Urbano, en la construcción de un edificio de 5 pisos en el predio de Miguel Laurent 48, estaba dañando las raíces del laurel de la India, de más de 100 años de vida, conocido popularmente como “Laureano”.
De manera espontánea, ajenos totalmente a cualquier partido político, vecinos de la zona reunieron más de 11 mil firmas en el movimiento #SalvemosALaureano. También lograron la protección de un juez federal, que concedió un amparo para evitar el daño o remoción del árbol.
Sin embargo, ya cuando la protesta creció, de pronto apareció Ballesteros a lucrar políticamente, lo que comenzó a dinamitar, a reventar la participación vecinal. Los integrantes de #SalvemosALaureano le expresaron su enorme inconformidad y le pidieron que se distanciara. Los partidos contaminan estas causas sociales, le hicieron ver. Ella no entendió. Convenció a algunas personas de apoyarla. El grupo se fracturó y terminó reventando por la intromisión del partido político.
“El legítimo movimiento #SalvemosALaureano desconoce cualquier declaración del grupo liderado por la diputada federal Laura Ballesteros, de Movimiento Ciudadano. No nos representa, ni representa las demandas de este movimiento original y legítimo, sin partidos políticos dentro”, expresaron los voceros del grupo, Itzel García Muñoz, José Luis Matabuena y Fabiola Finkmann.
Ballesteros, quien fue diputada local por el PAN al que renunció cuando ya no le dieron otra candidatura en 2015, año en que fue cooptada por el gobierno de Miguel Mancera, ahora intenta “hacer política” en la CDMX, después que perdió la batalla con sus colegas de partido en Monterrey, Nuevo León, de donde la desterraron desde 2023. Hoy quiere ser candidata a la Alcaldía BJ y en esa ambición, sin escrúpulos, no le importa si tiene que pisotear y agandallarse verdaderos movimientos ciudadanos. Esa conducta no le augura un buen futuro político. Lo veremos.
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