Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
De manera oficiosa, recién electo presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) y del Consejo de la Judicatura (CJ) ––ambos de la Ciudad de México–, Rafael Guerra se sumó a la dizque austeridad republicana de la “4T”. Advirtió a los trabajadores, como si fueran parte de un proyecto político y no impartidores de justicia, que deberían ajustarse a ello: no aumentos salariales en términos reales, no nuevas plazas y recorte de personal.
En ese año, trabajadores sindicalizados no alineados denunciaron que hubo recorte de personal de casi el 30%, principalmente en la Oficialía Mayor. Algo así como 800 personas se fueron a la calle. Esa fue la semilla que llevó 6 años más tarde al paro en el Poder Judicial (PJ) que hoy cumplió 20 días (hasta el cierre de edición continúa).
Al TSJ y el CJ juntos le suelen llamar PJ, del que está al frente desde 2019 Guerra. De entonces al 2025 ha perdido el 5.33% de su presupuesto en términos reales. La inflación acumulada ha sido del 31.5% y el aumento anual total del 26.1%.
Esto, a pesar de que el trabajo ha aumentado. De acuerdo con estimaciones de trabajadores, en 2019 se procesaron unos 480 mil juicios y en 2024 aproximadamente 570 mil. Es decir, 18.7% más con el 5.3% menos de dinero.
De todo lo anterior no estuvieron ajenos la entonces jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, ni su sucesor, Martí Batres. Ellos elaboraban el Presupuesto que se aprobó en el Congreso prácticamente sin modificaciones.
Con datos del Decreto de Presupuesto del Congreso de la CDMX, excepto de 2019 para 2020, año con año la inflación estuvo por encima del incremento presupuestario del PJ. En este periodo, la inflación fue del 2.83%, siempre según el Banco de México, pero el aumento del 8.69%. Se pasó de 6 mil 082.2 mdp a 6 mil 631.4 mdp.
El problema se agudizó con la pandemia, porque hubo una caída en términos reales del 4.52%: en 2021 le aprobaron 6 mil 137.5 mdp, y la inflación fue del 3.15%.
De 2021 para 2022 otra vez hubo una pérdida en términos reales. El aumento fue del 4.89%, la inflación ascendió al 7,36%, es decir, una caída del 2.47%. En 2022 se le autorizaron 6 mil 427 mdp. Los trabajadores se quejaron que no hubo incrementos salariales acordes con la enorme carga de trabajo que traían pendiente después de la pandemia.
De 2022 para 2023, la pérdida continuó: en términos reales, el 2.99%, pues la inflación ascendió al 7.82% y el incremento presupuestario 4.83%. Quedó en un total de 6 mil 727 mdp. De nueva cuenta creciendo el número de expedientes, con lo que se seguía rebasando la capacidad del personal, y ello incrementaba la molestia contra Rafael Guerra
De 2023 para 2024, ya en el gobierno de Martí Batres, prácticamente se fueron tablas: 0.18% más de presupuesto en términos reales, al quedar en 7 mil 048 .7 mdp. Con una tasa de inflación del 4.66% y un incremento del 4.84%.
En 2024 la nueva jefa de Gobierno, Clara Brugada ya metió las manos en el Presupuesto 2025, y le otorgó el 4.83% más en términos reales respecto del año previo. Es decir, un total de 7 mil 674.1 mdp. La inflación fue del 4.21%, que debe restarse al 9.04% de incremento bruto al monto autorizado por el Congreso de la Ciudad de México.
Esa pérdida presupuestaria por la austeridad republicana oficiosa de Rafael Guerra, mientras le aumentaban los expedientes, derramó el vaso de la inconformidad de los trabajadores del PJ en su contra. Por eso ahora su cargo está en la tablita y probablemente su renuncia sea que la solución al paro y ahora plantón de trabajadores. Lo veremos.
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