Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Cinco meses después de que se lo comprometió la jefa de Gobierno Clara Brugada, con el aval de la presidenta Claudia Sheinbaum, finalmente le cumplieron a Adrián Ruvalcaba: lo designaron director general del Metro, una posición que al mismo tiempo es para el aliado Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
Ese nombramiento de Rubalcava ocurre unos días después de que el PVEM ratificó por escrito su alianza con Morena en el Congreso de la Ciudad de México, lo que fue necesario porque estaban molestos debido a que permanecían incumplidos una serie de acuerdos, entre otros este del Metro.
Esa falta de cumplimiento también la alegaron los del PT, y por eso firmaron un acuerdo legislativo bilateral con el PVEM hace un mes, al margen de Morena, para poner al oficialismo contra la pared y en riesgo su mayoría constitucional. Ambos partidos, por supuesto, no reflexionaron que las posiciones que ganaron en el Congreso y tienen en el Gobierno son gracias a la fuerza electoral y territorial de Morena.
El ascenso de Rubalcava a la Dirección General del Metro no ha sido en las mejores condiciones políticas, porque desbanca a Guillermo Calderón, cercano a los López Obrador, hoy en especial a Andy, quien pierde una importante batalla con la presidenta Sheinbaum.
Además, Rubalcava tuvo que ejercer presión para que le cumplieran, pues desde diciembre debía haber asumido y tardó más de 5 meses. Todo ese tiempo se fue preparando, entre otras cosas, con recorridos a las instalaciones del Metro, en talleres, áreas de seguridad, el centro de control, recorridos en andenes, estaciones, charlas con trabajadores y directivos de todo el sistema.
También desde antes hizo un acuerdo con el líder del Sindicato del Metro, Fernando Espino, quien conoce a Rubalcava hace muchos años, pues ambos fueron diputados locales del PVEM. No es difícil que Espino pronto anuncie su incorporación con ese partido, porque hace algunas semanas le presentó su carta de renuncia al sepulturero del PRI, Alejandro (a) ‘Alito’ Moreno.
La llegada de Rubalcava al Metro se da en la etapa en que se encuentra en las peores condiciones desde sus inicios, hace 55 años. Todos los días se retrasan los trenes, hay apagones, escaleras que no sirven, filtraciones de agua, inseguridad. El deterioro es creciente. Todo es parte de la pésima labor de Calderón, quien fracasó en la renovación de la Línea 1: culpa a la empresa china responsable y los chinos culpan a proveedores mexicanos.
De recursos financieros, Rubalcava asume con el mayor presupuesto en términos reales de los últimos 10 años: 23 mil millones de pesos. Sin embargo, Calderón ya le comprometió prácticamente todo el dinero e incluso contratos multianuales. No será fácil que Rubalcava oriente los recursos para su visión como director.
Otro escollo es la corrupción: en el Metro, el 60% de las “refacciones” en bodega son inservibles, innecesarias u obsoletas. En seguridad, formalmente tienen contratados cerca de 4 mil 500 elementos de la Policía Bancaria, para dos turnos de 24 horas, de unos 2 mil 250 al mismo tiempo, para las 195 estaciones y demás instalaciones. O sea, en promedio debería haber entre 8 y 10 polis por estación. ¿Alguien los ha visto? ¿No será que los polis cobran sus prestaciones y antigüedad, pero sus salarios son para sus jefes? Es pregunta.
Rubalcava trae las ganas de hacer lo mejor en el Metro, y debería contar con todo el apoyo de Sheinbaum, porque ella tiene una deuda histórica con este sistema de transporte. Lo veremos.
FOTO: Especial