Glorieta de Colón
En lo que consideran una “venganza política” del actual alcalde de Cuajimalpa, el panista Carlos Orvañanos en contra de su antecesor, Adrián Rubalcava, unos 130 ex trabajadores de esa demarcación territorial acusaron que les tienen retenidos de manera ilegal sus finiquitos a que tienen derecho como conclusión de funciones –también se les conoce como “cartas de no adeudo” –, que incluyen pagos proporcionales de vacaciones, aguinaldos, antigüedad, en muchos casos hasta de 6 años, al cierre del 30 de septiembre. Todos, personal de confianza, y acusan a Orvañanos porque, nos cuentan, en la Subdirección Jurídica y de Gobierno y en la propia Dirección General de Finanzas les han dicho que ya están listos sus cheques y que sólo esperan la instrucción del alcalde para entregarlos. Por eso consideran que es desquite. El tema puede complicarse, porque el propio Carlos Orvañanos alertó el viernes al comparecer ante diputados, que tiene laudos por pagar que ascienden a 36 millones de pesos, pero al retener estos finiquitos podría enfrentar 130 o más juicios laborales, lo que para empezar colapsaría al área jurídica de la demarcación.
Parentesco le perjudica
El viernes, durante más de 4 horas, Bertha Alcalde Luján compareció ante el Consejo Judicial Ciudadano que está entrevistando a los aspirantes para conformar una terna de candidatos a la titularidad de la Fiscalía General de Justicia de la CDMX. Su presentación dejó bastante claridad de que, de entre los finalistas, ella puede ser considerada la mejor. Sin embargo, en este caso, lo que podría parecer una ventaja es una losa: que sus padres, Bertha Luján y Arturo Alcalde son amigos del ex presidente López Obrador –líder máximo del movimiento 4T–, y su hermana, Luisa Alcalde, es la presidenta nacional de Morena. Bertha considera que paradójicamente se parentesco le afecta porque se ha generado el prejuicio de que hay dados cargados a su favor y el proceso de selección es simulado. Quizás es la mejor, pero el parentesco la perjudica.
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